MariBlog
Voluntaries
La sensación de la última tarde de MariCorners me recordó a aquella de cuando se acababan las vacaciones y tocaba volver a las clases… y era un bajón. Porque tocaba salir de ese oasis y volver a la normalidad. A no llegar casi sin poder hablar a la última planta por subir corriendo las escaleras y también a no tener que mirar cuál era cada sala cada vez que alguien preguntaba (aunque el último día fuese más que nada para asegurarme, de verdad, lo prometo). A dejar de ver las mismas (medias) caras durante tres días (algunas que repetían de la edición anterior y otras nuevas) y darme cuenta de que iba a ser incapaz de recordar algún nombre (con dos o tres me conformaba) para no tener que preguntarlos todos en la puerta para marcarlos en la lista del control de aforo. A baños sin carteles de unicornios rosas y también a que no se acercase nadie a preguntar qué hacíamos allí… y si podían llevarse un trocito de bizcocho.
Pero me fui con ganas de repetir otra vez. Empezando días antes, pasando horas mirando el programa e intentando cuadrar todo lo que me interesa (spoiler alert: es imposible porque es que es TODO). Así que estoy muy agradecida por el canal de YouTube que hará que poco a poco vaya viendo todo lo que me perdí (guiño, guiño; codo, codo… like, comment and subscribe). Y, ya más personalmente, bastante agradecida también por haber oído hablar de asexualidad en más ponencias.
Y a riesgo de que esto se convierta en algo parecido a un discurso de los Oscar, sigo: gracias a les asistentes por la paciencia y la comprensión. A les ponentes por compartir y enseñarnos. A les voluntaries por la dedicación y las ganas. A les organizadores por el cariño y la confianza, y por crear un espacio tan bonito (más que el ocupado, las cosas como son). Deseando volver estoy.
Laura
Laura es
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